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Para gallineros ya tenemos los corrales.

viernes, 2 de agosto de 2013

Es difícil referirse a  este tipo de shows sin que uno se salga de sus casillas.Estoy indignada. 
Cuando mi familia observaba con detenimiento e interés un programa de corazón; yo, mientras me dirigía a beber algo de agua, no podía evitar escuchar los zumbidos a lo lejos de los ''individuos'' que hablaban; bueno, más bien gritaban y me decepcionaba cada vez más del tipo de televisión que tenemos hoy en día (esto no quiere decir que muchos otros programas televisivos no sean buenos e interesantes), me refiero a esa ''telebasura'' que se vende y que, por alguna razón que desconozco tiene una gran persuasión sobre mucha gente.
Cuando veo a mi abuela hablar, la verdad, es que entiendo que a una persona cuya debilidad sea el cotilleo, le enganchen estos shows. Pero, ¿y la gente joven? ¿Qué es lo que pretenden enseñarnos?
Esta ''telebasura'' se dedica a humillar, insultar, despreciar y depravar y, lo peor de todo, a ganar dinero a costa de la vida íntima de los demás. 
Realmente no sabéis la rabia e impotencia que siento porque ese tipo de programas no puedan desaparecer del mapa.
Gente que, después de haber estado años esforzándose por hacer una carrera y estudiarla, se encuentre a otras personas que ni siquiera han tocado un libro en su vida con un puesto como periodista (o así les llaman, porque yo más bien les denominaría: ''periodistas de pacotilla'').
¿Hasta que punto se ha convertido nuestro país en un país libre con derecho a la humillación, incluso en horario infantil?
Lo que está claro es que, más que involucionar, esta basura está evolucionando, y lo que me da a pensar todo esto es que, esas vejaciones aumentarán convirtiendo a mucha de la generación futura en individuos como estos.
Y para terminar, un lema: No queremos más gallineros, gracias.

Fotografía: Oscar Barahona.
Modelo: Yo.
Edición: Yo.

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